De rave en rave por el desierto
EL AZAR, que sólo existe cuando se da la causalidad, hizo que ayer, 7 de octubre, segundo aniversario de la matanza de Hamas en el desierto de Neguev, el cine club de mi pueblo proyectara Sirat, la muy comentada película de Oliver Laxe, laureada con el Premio del jurado en Cannes este 2025.
Laxe nos pone en la primera parte de Sirat delante de una tribu de punks simpaticones que va de rave en rave por el desierto del Atlas, al sur de Marruecos, donde adopta a un niño y su padre que buscan a su hija y hermana perdida y parecen estar tan perdidos como ella, para luego exterminarlos como moscas en el desenlace, como en uno de esos juegos de video que ahora se practican, en una conclusión apocalíptica más cerca de Hollywood que propiamente de Ford Coppola.
No me arrepiento de haberla visto no obstante el chiste que circulaba ayer a la salida del cine: Mañana la ponen en la tele, ¿nos juntamos para verla de nuevo?