Como en la canción de Juanito Valderrama

ESTAMOS en Lo Pagán, cabe la Laguna Rosa. Entre Torrevieja capital Moscú y San Pedro del Pinatar capital Tánger. Antes era España la que iba al mundo y ahora es el mundo el que viene a España.

A MÍ que el rapaz magrebí, que de tanto Pasolini me resulta yemení, hable conmigo en un fluido castellano —algo del todo baladí, puesto que si no es murciano es valenciano— me alegra el día domingo, que ya era alegre de por sí.

DEL paso por Alicante el punto alto, además de la horchata y la ensaimada, son los entresijos de la concatedral y la subida al campanario, donde echamos a repicar las campanas imaginarias y vemos cómo la ciudad se despereza y por el mar escapan los piratas y por el cielo trepan tres arcángeles.

EL punto alto en Elche está en el Huerto del Cura, en medio del palmeral, un cuadro onírico por donde lo mires. En persa jardín se dice paraíso y lo más parecido al paraíso es justamente un jardín florido, éste.

EN Murcia a los cacahuetes los llaman jamón del mono.

EN el bazar chino de buenas a primeras el dueño no distingue entre los adverbios aquí y allí pero luego veo que sí. Cuando es aquí cerca dice aquí sin alzar la voz, pero cuando es allí dice aquí subiendo el tono. Como cuando indica un producto que está al fondo del pasillo: «¡Mucho al fondo, mucho al fondo, aquí, aquí!».

MIRANDO la mar menor, ella cuenta que frente al mar de Senegal su amiga de Bukavú le confiesa que teme que del mar asomen hipopótamos.

Y EN la Facultad de Letras escuchamos hablar de Loti y al final oímos decir sobresaliente cum laude y como en la canción de Juanito Valderrama estamos su madre y yo con lágrimas en los ojos y risa en el corazón. 

Entradas populares de este blog

Noche de vino y cerezas por el Camino de Santiago

Siete libros de 2024

La alargada tristeza del ciprés