El tiempo y unos altramuces
EN los tiempos del Nickjournal, allá por el año de la pera, destacaban en ese sitio quienes escribían con nombres breves como M, AS o Tse, cuanto más breves mejor. M ahora escribe en El País , Tse escribe a veces en El Mundo y AS, que resultó llamarse José Antonio Montano, escribe en The Objective . Si hablo del Nickjournal es porque este libro de Montano recopila una selección de sus columnas desde esa época hasta el presente, un periodo de veinte años en el que ha escrito en varios medios. El tiempo protagoniza estas columnas. El tiempo, su materialidad, sus figuraciones. Se trata de un protagonismo paradójico porque a la vez que se presenta el tiempo se escurre y nos esquiva. El columnista lo coge por los cuernos sin embargo, como hace el forcado con el toro en la corrida portuguesa, y lo despliega sobre la arena, así sea esquivo, escurridizo y escamoteado. Allí está, allí se queda. 2004 fue el año de la masacre de Atocha, una herida abierta para siempre. 2017 y los precedentes