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El arte de encerrar en un relato a sus personajes

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LA imagen que cierra este breve relato es devastadora. Como devastador es el decorado que planta el autor en el que ni siquiera la burricie de los dos calamitosos empleados abandonados por la compañía colonial en un puesto desangelado de la sabana africana los salva de la ignominia. La maestría con la que el autor va cerrando el relato sobre sí mismo y encerrando en él a los personajes es sobresaliente.

El zapatófono

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ESTABA Mel Brooks un día en su oficina y comenzaron a sonar todos los teléfonos a la vez. Brooks se sacó entonces un zapato y respondió a un interlocutor imaginario provocando las risas de los presentes. Ese sería el origen del zapatófono del Superagente 86 que nos hacía gracia cuando pendejos. Y nos la sigue haciendo ahora que veo la imagen en la Tienda del Espía madrileña y se la mando a Merino que me cuenta de vuelta la historia del zapatófono. Y como voy rumbo a los mares del Sur y todo tiene que ver con todo, en una librería de viejos a dos dedos de allí veo que en este libro se nombra a Chile como Chily y a Valparaíso como Valparaisso y ambas cosas me parecen prodigiosas.

Ser español de Oriente

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LA emoción que alguien siente una vez, apenas la sorpresa y el contentamiento que un viajero experimenta al encontrarse con otros viajeros que a él le resultan extranjeros y sin embargo hablan su lengua y se reconocen como sus compatriotas aunque hayan nacido lejos. La cuenta sin retórica ni guiños a la épica Angel Pulido, un viajero español de fines del siglo XIX, al describir sus sorpresivos encuentros con Semaria Mitrany, natural de Kalarash, en Rumania, y Enrique Bejarano, natural de Zagara y radicado en Bucarest. Y esa emoción la puede sentir también el lector porque Pulido tiene a bien anotarlos y publicar esas notas que pueden leerse en esta recopilación de relatos de viajeros españoles del siglo XIX por países exóticos, compilados por Lily Litvak allá por los años ochenta. «Ves que bueno es Dios, que hoy nos proporciona la ventura de ir en este barco y conocer a estos señores que son de España, nuestra querida madre patria, y hacernos sus amigos», le dice Bejarano a su mujer, q...

Camino de Santiago en la prensa y las redes

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HAN DICHO del Camino de Santiago: Andrés Gómez, en el diario La Tercera  de Santiago de Chile:  Cuenta Antonio de la Fuente que en una vida anterior le dio clases de español a un ingeniero belga. Este se dirigía a una ciudad boliviana a emprender un proyecto de reparación de alcantarillado, por encargo de la alcaldesa. Dice que le advirtió que tuviera cuidado con la confusión entre las palabras alcantarilla y alcaldesa. Cuando el ingeniero se presentó ante el Concejo municipal boliviano, partió diciendo: «Muchas gracias, señora alcantarilla, por confiarnos la reparación de la alcaldesa». Escritor, periodista, viajero, ex director de la revista  La   Bicicleta , De la Fuente recuerda otra distinción: alguna vez Nicanor Parra, hablando de Octavio Paz, le dijo que «no es lo mismo ser un surrealista diplomático que un diplomático surrealista». Radicado en Bélgica, De la Fuente escribe breves textos, reales o ficcionados, que rebosan ingenio y buen humor. En ellos suelen...

La culpa es del escrutinio

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QUÉ lees, me pregunta Arantxa viendo un libro que me asoma por el bolsillo.  Ella lee un Le Carré y admito que en principio la suya parece una lectura más apropiada para bajar a la playa. En principio, sólo en principio. Al final, como se dice ahora para comenzar cualquier frase por el final, al final mi libro se puede leer en cualquier sitio porque es macanudo y brillante, en ese orden. Se trata de la Breve historia del mundo , de Gombrich. Uno cree saber más o menos lo esencial de la Historia y sin embargo Gombrich consigue contarnos la construcción de la Gran muralla china y la invención de la máquina a vapor, la guerra de las Termópilas y la noche de San Bartolomeo, las vidas de Confucio y de Mahoma como si las escucháramos por primera vez. Espóiler: Gombrich es más de Confucio que de Lao Tse. Vale la pena enterarse de cómo fue que escribió esta biblia. Muy joven, en los años treinta, Gombrich acabó su tesis de Historia del arte en su Viena natal y se puso a buscar trabajo. Cor...

De rave en rave por el desierto

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EL AZAR, que sólo existe cuando se da la causalidad , hizo que ayer, 7 de octubre, segundo aniversario de la matanza de Hamas en el desierto de Neguev, el cine club de mi pueblo proyectara Sirat , la muy comentada película de Oliver Laxe, laureada con el Premio del jurado en Cannes este 2025. Laxe nos pone en la primera parte de Sirat delante de una tribu de punks simpaticones que va de rave en rave por el desierto del Atlas, al sur de Marruecos, donde adopta a un niño y su padre que buscan a su hija y hermana perdida y parecen estar tan perdidos como ella, para luego exterminarlos como moscas en el desenlace, como en uno de esos juegos de video que ahora se practican, en una conclusión apocalíptica más cerca de Hollywood que propiamente de Ford Coppola.  No me arrepiento de haberla visto no obstante el chiste que circulaba ayer a la salida del cine: Mañana la ponen en la tele, ¿nos juntamos para verla de nuevo? 

Marie Kondo y María Pombo no lo harían mejor

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CREÍ haber dicho algo el otro día sobre la pintura que abriga el Museo de Málaga  pero releo esas líneas y veo que aún no he dicho nada. O nada sobre dos o tres cuadros con barullo o con embrollo o como se diga. Etnopornografía colonial DE estos Príncipes árabes del pintor Morcillo, del que Buñuel cuenta una anécdota deliciosa sobre su morcillismo (está en la pagina 200, hablando en números redondos, de este libro ), he visto que un estudio en línea lo califica de etnopornografía colonial . Tampoco creo que sea necesario leer el estudio entero para echarse unas risas, basta con mirar la imagen. Como el ratón con el gato PARA entender este acertijo del pintor Ferrándiz hay que leer la cartela que lo acompaña: «Esta composición alegórica nos remite a un episodio biográfico del autor, quien, poseedor de un fuerte carácter, tuvo un violento encuentro con el arquitecto local y como él académico, Juan Nepomuceno Ávila. El incidente acabó en encarcelamiento y juicio para Ferrándiz, ...