Días de agosto en Lyon
DÍAS de sol radiante y calor seco y de luna creciente al atardecer y las primeras estrellas fugaces. La región se llama de los Montes leoneses. Desde estos montes que rodean Lyon bajan cuatro ríos que llevan agua hasta los dos grandes cursos de la planicie, el Saona y el majestuoso Ródano, que confluyen en Lyon y llevan el agua de los Alpes y los Vosgos al Mediterráneo. Tanta agua y sin embargo comienza a escasear y si las piscinas espejean todavía bajo el sol del mediodía los jardines se secan y de tarde en tarde se viene abajo un roble vapuleado por la sequedad. Para resolver la cuestión del agua y hacerla llegar hasta lo alto de Lyon, que entonces era la capital de la Galia romana, los galo-romanos inventaron en esta tierra el puente-sifón, artilugio que les permitía superar las desnivelaciones del terreno sin tener que elevar los acueductos en demasía. Los vestigios de estos acueductos impresionan con sus juegos de teselas sobrevivientes en medio de un paisaje bucólico cuyas escena